La purificadora
-El bello recinto que aloja al restaurante de La Purificadora solía ser una fábrica de hielo, donde el agua era embotellada y purificada por medio de la producción del hielo, de ahí su nombre.
-Durante el intenso proceso de remodelación en el lugar, el arqueólogo residente encontró muchas piezas en vidrio que datan del periodo original, como botellas y recipientes, mismos que se incorporaron como parte del diseño gráfico y comunicación visual del inmueble.
-El reconocido arquitecto mexicano Ricardo Legorreta, famoso por el uso que hace de brillantes colores, luz natural y espacios majestuosos, planeó este proyecto completamente monocromático. Los colores usados en todo el hotel y el restaurante son negro y blanco únicamente.
-Los materiales en todo el edificio son: piedras (de la construcción original), madera vieja, onyx (del pueblo de Tecali) y azulejos fabricados especialmente para este bello proyecto de restauración.
-El restaurante ofrece una cocina mexicana contemporánea donde destacan platillos muy honestos de su chef ejecutivo César Sánchez.
-Entre lo que más se puede disfrutar de la carta destacan: los quesos artesanales de Atlixco, las tostadas de tinga poblana con estragón, el osobuco de pollo en mole de hierbabuena, la pechuga de pollo en mole poblano con granola; y de postres son imperdibles el flan de mamey con helado de pistache y el fondant de chocolate mexicano y mole poblano.
-Las mesas compartidas, que hacen de la experiencia una verdadera novedad, fueron diseñadas por Legorreta y elaboradas con la madera apolillada de la antigua purificadora de agua.
-El comentario en la carta que llama la atención es que la elaboración del platillo es de 25 minutos... definitivamente vale la espera.
Ubicación:
Callejón de la 10 Norte 802, Paseo San Francisco, Barrio El Alto, Puebla, México.
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